La búsqueda de centro educativo, en esta etapa en la que estamos, fue frustrante pero terminó. Conseguimos.
He sentido envidia de no tener la facilidad de elegir cualquier centro para mis hijos, de no tener una oportunidad de educar en el sistema público o de buscar algo económico y cercano.
Su carta de presentación los delata y les restringe de miles de oportunidades. Aún sabiendo y dejando en claro sus cualidades y habilidades.
Cada día, los retos de comportamiento van avanzando, así los siento. Que son más pacientes, que aprovechan mejor el ambiente. Que eligen.
Puedo decir con propiedad, que sacarlos a explorar los lugares les va dando seguridad.
Por otra parte está la gente, que en muchos casos se niega a entender que el otro puede ser diferente. Tratas de educarlos para que entiendan.
Todos somos diferentes, colores, texturas…
Diferentes.
Te pasas semanas y meses llevando a tus niños a terapia para que aprendan a jugar con otros, al otro no le importan esos esfuerzos o pequeños avances, solo limitan cuando ven la diferencia.
En cambio, niños que nunca habían compartido con mis hijos, juegan y se divierten sanamente, sin esbozar una palabra.
Entre la humedad y calor, despido a Junio, confiando en que Julio llegará enérgico y productivo.
Seguimos.