¿En qué te conviertes después del diagnóstico? Parte 1 

Esas palabras hicieron un eco por mucho tiempo. En tiempos de crisis, las escucho resonar.

El primer diagnóstico que recibí, fue el de Dylan, mi hijo menor. Aún con todas las sospechas que tenía, la convicción de que estaba sucediendo algo diferente en su desarrollo, dolió con la vida. 

La psicóloga trató de ser lo más afín y compresiva posible, en una situación donde no te dicen nada positivo. Estos son los resultados. 

Una parte de mí, salió del cuerpo y me vio de lo lejos; pobrecita. La parte consciente, sollozó. Quería que algo o alguien aliviara el dolor que me causaban esas palabras. Busqué mil formas de que dejaran de doler. Aún duelen. 

Mi cabeza solo decía: que voy hacer? 

Tenía esa respuesta, más no quería responderla. Yo de verdad quería que me tragara la tierra. 

Hoy en día, afronto el diagnóstico de mi hijo, un día a la vez. Con fallas y mucho amor, hubo un tiempo que le reclamé a Dios porque sentí que me abandonó. 

Seguimos.

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